domingo, 15 de junio de 2014

Taralli Dolci



Hace muy poquito tiempo tuve la fortuna de heredar un pequeño libro de recetas de la nonna con todas esas cosas ricas que nunca jamás había probado pero que se recordaban con mucho amor en todas las conversaciones familiares.

Lo retomé, con miedo al principio porque no tenia muy en claro como debía quedar el producto final y además porque el libro.... ¡esta escrito en italiano!

Pero no hay nada que en estos tiempos no pueda hacerse, asique con traductor cerca me animé a hacer estas rosquitas riquísimas, secas y crocantes.  Seguí la receta para algunas y otras las enriquecí con unas semillas de anís. ¡¿Quién no ama el anís acaso?!



Esta es una receta de la Puglia y tiene 2 cocciones: una hervida al principio y luego para finalizar, al horno. Parece engorroso pero juró que en 20 minutos tenes 2 docenas listas para cocinar.

Asique, ¡avanti!


Ingredientes
300 gr. de harina 0000
2 huevos
50 gr. de azúcar
2 cdas de Marsala
2 cdas de aceite de oliva extra virgen
Agua c/n

Formamos una masa con la harina, los huevos, el azúcar, el vino y el aceite de oliva y vamos agregando apenitas de agua (¡apenitas!) gasta formar un bollo firme pero tierno. *

Dejamos descansar 15 minutos.

Dividimos la masa en 24 piezas iguales que luego vamos a estirar en rollitos (como si hiciéramos ñoquis) de 15 centímetros de largo y unimos las extremidades formando la rosquita.
Una vez tenemos todas listas las vamos a sumergir en una olla con agua salada hirviendo (abundante). Hacelo de a poco, de a 4 roscas a la vez, y sacalas del agua en cuanto suban por completo a la superficie, luego ponelas sobre un recipiente cubierto con un lienzo para que escurra todo el agua, sin encimarlos
.
Si podes, dejalos secar durante horas, 2.. 3.. las que puedas y quieras (porque cuanto mas sequitas estén más ricas quedan después).

Una vez transcurrido ese tiempo, dispone todas en una placa levemente aceitadas y metelas en un horno bajo hasta que estén levemente doradas y bien crocantes!
Dejalas enfriar un poco y disfrutalas! Son tan livianas que no vas a poder parar de comerlas!



ñoom!

* en este paso yo dividí el bollo en dos y uno de ellos lo terminé de amasar con un puñado de semillas de anís. ¡Hacé el intento!

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